El fútbol colombiano se ha acostumbrado al fracaso en torneos internacionales y se encuentra muy distante de otras ligas de Sudamérica. El último campeón de Copa Libertadores fue Atlético Nacional en 2016 ante Independiente del Valle. Con el pasar de los años, los equipos cafeteros no han encontrado su mejor versión, se han visto rezagados y con bastantes diferencias respecto al físico y forma de jugar contra otros clubes. El formato del torneo de nuestro país es el principal motivo de tantos fracasos para las escuadras colombianas, lo que da vía a una falta de seriedad y consistencia para mejorar el nivel de cada onceno.
Cada año, se juegan dos torneos de la liga colombiana. No hay un campeonato que dure el año completo, hay dos, uno en el primer semestre y otro en el segundo. Primero, se juegan 19 jornadas, luego clasifican los ocho primeros de la tabla de posiciones a un cuadrangular, que se divide en dos grupos de cuatro equipos cada uno y los primeros de cada zona avanzan a la final que se juega ida y vuelta.
En una liga seria, el primero de la tabla de posiciones debe ser el campeón, pero debido al formato del fútbol colombiano, los clubes que están abajo del primero tienen las mismas posibilidades que este para ser campeón: el octavo, séptimo, etc. Es un premio a la no regularidad, a no mantener el rendimiento y un castigo para los que obtuvieron una forma de juego sobresaliente.
Si se analiza una liga como la brasileña, tiene partidos constantemente, lo que permite que exista más regularidad, mejor físico y más oportunidades de concentrarse y afinar detalles respecto a la forma de jugar: se disputan los partidos al estilo europeo, enfrentamientos todos contra todos con un total de 38 jornadas. Los clubes tienen permanentemente constancia, están acostumbrados a jugar. No hay premio para el equipo que esté de segundo hacia abajo, el primero es el justo campeón.
Cuando un equipo colombiano sale a jugar torneos internacionales, se le nota la incapacidad para mantener un buen físico, los pasan en velocidad, fuerza y jerarquía, los demás normalmente tienen el arco pintado entre ceja y ceja.
Junior de Barranquilla fue el único equipo que pasó la fase de grupos de la Copa Libertadores y estuvo en octavos de final en 2024. No duró nada la representación del club rojiblanco por Colombia, siendo eliminado en la instancia mencionada contra Colo-Colo, de Chile, perdiendo 2-1 en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez (3-1 en el global). En Copa Sudamericana, Independiente Medellín llegó hasta cuartos de final, derrotado por Lanús, de Argentina, en penales por 6-5.
Nos hemos acostumbrado a fracasar en el fútbol, urge un formato consistente que le permita a los clubes tener regularidad, la cualidad de sentir exigencia y mejorar su físico y forma de jugar. Entre más partidos se jueguen, más posibilidades habrá de analizar en qué se está acertando y en qué fallando, los que no son primeros son premiados por su mediocridad con la chance de ser campeones debido a otras instancias, y el que luchó partido a partido se queda sin el pan y sin el queso.
¿Cuándo habrá un cambio de formato y regresará la gloria al fútbol colombiano?