En el mundo del fútbol, la convocatoria a la selección nacional es el mayor reconocimiento para cualquier jugador. Es el sello de calidad, el reflejo del buen momento y, sobre todo, una muestra de que el trabajo en el club está dando frutos a un nivel superior. Sin embargo, para Junior, ese privilegio se ha perdido en los últimos tiempos. Las preguntas son inevitables: ¿qué sucede con el talento rojiblanco que no logra cautivar al cuerpo técnico de la selección Colombia? ¿Tenemos jugadores que aporten de verdad a la selección?
La memoria nos obliga a retroceder en el tiempo para recordar a los últimos representantes del equipo de Barranquilla en la Tricolor. El recuerdo más fresco nos lleva a la gira por Asia, donde Juan Fernando Quintero, en su breve y controversial etapa con el equipo, fue llamado para los amistosos ante Corea del Sur y Japón. Un destello de calidad que, para infortunio de la afición, fue efímero.
Antes de Quintero, el último hito se remonta a las eliminatorias del Mundial de Catar 2022, recordar esto justo cuando ya las eliminatorias al Mundial 2026 están próximas a terminar. En aquel entonces, los nombres de Freddy Hinestroza y Miguel Borja fueron los escogidos para defender los colores nacionales. Hinestroza y Borja se ganaron su lugar con actuaciones que llamaron la atención del técnico de la selección en ese momento. Para esos convocados, un merecido premio a su regularidad y al impacto que generaban en cada partido.
Desde entonces ha habido un solo convocado ‘tiburón’ en la selección Colombia y para estas dos últimas fechas de eliminatorias, ningún extranjero convocado a otra selección. Es una situación que debe cuestionar. ¿Acaso el nivel del equipo ha bajado a tal punto que no hay un solo futbolista que merezca un lugar en el combinado nacional? O ¿Es la falta de consistencia y protagonismo en el ámbito internacional lo que les resta visibilidad a los jugadores de Junior?
Si uno mira el presente de Junior, el equipo atraviesa un buen momento en la liga y Copa, si exceptuamos la mala presentación en Bogotá ante Millonarios, Goleadas como la del 4-0 frente a Llaneros y un rendimiento de 20 puntos en 27 posibles demuestran que el proyecto de Alfredo Arias va tomando forma de algún modo y no solo por estar de líder un fin de semana más.
El mismo Arias admitió recientemente que hay jugadores excedidos de peso, lo que refleja problemas internos de disciplina y preparación. Y eso, en la élite pesa. Por más que el club esté arriba en la tabla, la constancia individual es la que marca la diferencia a la hora de entrar en una lista de convocados.
Los seleccionadores priorizan a los que están en Brasil, Argentina, México o Europa, eso está más que claro. Nuestra criolla liga, aunque competitiva, sigue sin ser vitrina principal. Y ahí Junior sufre una doble condena: jugadores que no terminan de consolidarse y un torneo local que no siempre tiene la relevancia suficiente para que se valore al futbolista.
El talento existe en el plantel, aunque se presenten partidos que hagan dudarlo, no se es líder por casualidad. Es responsabilidad de los jugadores, del cuerpo técnico y de la dirigencia recuperar ese protagonismo perdido y trabajar en seguir siendo un semillero de talentos para el país.
Una selección Colombia jugando en Barranquilla sin un tiburón puede ser paradójico en cierta medida, pero si el Junior sigue con esta curva ascendente, más temprano que tarde, un tiburón volverá a vestir la Tricolor.