En Barranquilla les llamamos espanta jopos. Son esos manes que se creen más que todos y se las tiran de gallitos de pelea en público. Siempre quieren estar en boca de todo el mundo, se las tiran de filósofos y no son más que portadores de una ignorancia que disfrazan con palabras de diccionarios descuadernados llenos de polillas.
No creo en el gallito de pelea que arma escándalos nacionales y después quiere pedir perdón en privado. Y ni siquiera mirando a los ojos a la persona que ofendió sin razón sino a través de acudientes, de interpuestas personas.
Gallito de pelea en público y gallina en privado. César Farías es más famoso por sus peleas en todos los países donde ha trabajado que por los resultados futbolísticos que ha producido.
Si le armó un escándalo arrabalero en público a José Hugo Illera como celoso de algo o de alguien y el mismo ha repercutido en el exterior, debiera, entonces, presentar excusas públicas a través de una rueda de prensa, o un comunicado del Junior, sin tener que utilizar al alcalde de la ciudad para esos menesteres.
Gallito público y gallina en privado, eso no es de hombres de bien. Y sí, como dijo que tenía los huevos bien puestos, que busque al periodista que ofendió y, mirándolo frente a frente, le presente excusas y no en privado, ni mirando al piso como las gallinas picoteando.
Ya sabíamos que, en algún momento, sacaría su verdadera catadura de personajillo conflictivo que le ha adornado toda su vida. Para pruebas, remítanse a su historial en la Red.
Gallito público y gallina en privado, que dicotomía tan falta de hombría…